Más de una cuarta parte de los adultos de 50 años o más tienen deficiencia de vitamina D. Así lo sugiere el estudio “The Prevalence and Determinants of Vitamin D Status in Community-Dwelling Older Adults” publicado recientemente en la revista “Nutrients”. Tras los resultados obtenidos, el equipo de investigadores aconseja a las autoridades tomar mayor conciencia de este problema y adoptar políticas de salud pública que garanticen unos niveles óptimos de vitamina D para garantizar un envejecimiento saludable.
El estudio identificó los factores asociados con una deficiencia de esta vitamina y que, según los investigadores, empiezan a ser rasgos crecientes en las poblaciones occidentales. Entre ellos, se incluyen unos estilos de vida sedentarios y una población adulta que, en un porcentaje creciente, supera los 80 años.
La investigación incluyó a 6004 adultos mayores de 50 años en los que la deficiencia de vitamina D se clasificó en función de los criterios de dos instituciones médicas, el Instituto de Medicina inglés (OIM) que fija la deficiencia en menos de 30 nmol/L y la Sociedad Endocrina inglesa que la establece en menos de 50 nmol/L.
Los investigadores encontraron que, entre los grupos con más tendencia a mostrar una deficiencia de vitamina D, destacaba el de mujeres adultas, de edad avanzada, que no son de etnia blanca, son fumadoras y padecen obesidad.
Complementos alimenticios con vitamina D. Casos de éxito
Implementar políticas de salud pública auspiciadas por las autoridades gubernamentales podría ayudar a paliar esta situación que empieza a ser preocupante, sobre todo si se tiene en cuenta el progresivo envejecimiento de la población. De hecho, ya ha habido casos en los que su adopción ha sido todo un éxito.
IADSA, asociación internacional que vela por los intereses de la industria de los complementos alimenticios, de la que forma parte Afepadi, ha editado recientemente un documento (“Mind the gap”) en el que explica cómo una suplementación a base de vitamina D en Finlandia, acompañada de una apuesta por alimentos fortificados con esta vitamina, consiguió reducir significativamente la deficiencia de este micronutriente entre su población.
Según este informe, una gran parte de la población finlandesa mostraba niveles claramente insuficientes y deficientes de esta vitamina en sangre. En el año 2003, las autoridades finlandesas empezaron un programa que concluyó en 2011 con cifras muy positivos. El 90% de la población tenía un nivel entre adecuado y óptimo de vitamina D en sangre (75,9 nmol/litro de promedio).
Reducción de los costes sanitarios con complementos alimenticios
En los últimos años, tanto IADSA como otras entidades como Food Supplements Europe (FSE) han insistido en demostrar el importante papel que pueden desempeñar los suplementos alimenticios a la hora de reducir el gasto sanitario de los países. La evidencia científica cada vez es más sólida y ya casi no hay duda de la efectividad de los complementos alimenticios a la hora de prevenir determinados problemas de salud. En el caso de la vitamina D, un déficit puede provocar la pérdida de masa ósea (osteoporosis) y aumentar, en consecuencia, el riesgo de fracturas y caídas.
FSE editó un informe, encargado a la consultora Frost & Sullivan, en el que evidenció cómo una suplementación diaria a base de 15µg de vitamina D + 1000 mg de calcio disminuía en un 15% la incidencia de fracturas y suponía 186,690 casos menos de osteoporosis. El ahorro sanitario mediante la ingesta de este suplemento alimenticio alcanzaba la cifra de €19,8 billones en 5 años.
A partir de todos estos estudios, datos y cifras, desde Afepadi creemos que es importante que se implemente políticas de salud pública que tengan presente el papel de los complementos alimenticios a la hora de mantener una buena salud y disminuir el gasto de los sistemas sanitarios.