Las ENT son la principal causa de muerte y discapacidad en Europa. La OMS considera prioritaria la necesidad de abordar la actual epidemia de obesidad, diabetes y otras enfermedades no transmisibles.
El informe apunta que el estado nutricional de la madre -incluyendo el sobrepeso y la obesidad, aumento excesivo de peso durante el embarazo y la diabetes gestacional- no sólo afecta a la salud de su hijo durante la infancia, sino también como adulto, al tener éste el riesgo de desarrollar obesidad y enfermedades crónicas relacionadas.
Los resultados de este informe hacen hincapié en la necesidad de implementar estrategias para optimizar la nutrición de las mujeres en edad reproductiva. La evidencia sugiere que este tipo de intervención es uno de los medios más eficaces para lograr efectos positivos sobre la salud y reducir desequilibrios en la siguiente generación.
El informe explora la relación de la obesidad de la madre en combinación con la deficiencia múltiple de micronutrientes
Aunque parezca paradójico, las mujeres embarazadas que son obesas pueden tener simultáneamente múltiples deficiencias (por una ingesta pobre en micronutrientes). Esta conjunción puede exacerbar el aumento de las ENT transgeneracionales.
La deficiencia de hierro conduce a anemias y puede tener graves consecuencias tanto para la madre como para el bebé. La deficiencia de hierro puede presentarse en combinación con deficiencias de ácido fólico, vitamina B12, riboflavina y/o vitamina A. La anemia durante la preconcepción y la gestación temprana se asocia con retraso en el desarrollo fetal, parto prematuro y bajo peso al nacer. La deficiencia de hierro sistémico y hipoferremia se observan más en las mujeres obesas en comparación con las mujeres de peso corporal saludable.
Los estudios demuestran que la ingesta de complementos alimenticios de ácido fólico durante el periodo periconcepcional puede prevenir el 46% de los defectos del tubo neural
El ácido fólico y otras vitaminas del grupo B son esenciales para el crecimiento humano, incluyendo el desarrollo cerebral y nervioso. La deficiencia de ácido fólico se asocia con anemia y con defectos del tubo neural (DTN), retraso del crecimiento intrauterino y otras malformaciones del feto, parto prematuro y bajo peso al nacer.
Las mujeres embarazadas obesas tienen un mayor riesgo de deficiencia de vitamina D, en comparación con las mujeres con un peso corporal saludable. La obesidad reduce la biodisponibilidad de la vitamina D. Un nivel óptimo de vitamina D en la madre ayuda a regular el desarrollo del esqueleto fetal, y su deficiencia puede tener como resultado trastornos óseos a largo plazo para la descendencia. La deficiencia de vitamina D también se asocia con la preeclampsia, parto prematuro y bebés pequeños para la edad gestacional.
Es poco probable que exista sólo una deficiencia de manera aislada por lo que se ha de explorar la manera de reducir los factores de riesgo de las ENT. A nivel nacional, se ha de mejorar la monitorización de datos sobre deficiencias de micronutrientes y promover políticas para mejorar la salud nutricional de la madre, pero también durante todo el ciclo de vida. A nivel nacional y europeo, es importante afianzar el papel de los complementos alimenticios en los protocolos de salud en casos de insuficiencia o deficiencia.