Una piel sana cumple con la función barrera para mantener el equilibrio entre el entorno interno y externo del cuerpo. La piel requiere nutrientes y minerales específicos para mantener su homeostasis dado que está sometida a cambios constantes por factores ambientales y el proceso asociado con el envejecimiento. Entre los ingredientes más usados se encuentra:
Ácido hialurónico. Ha estado presente en la cosmética de uso tópico desde los años 90 y ahora se encuentra disponible como complemento alimenticio por su capacidad de hidratación.
Aloe Vera. Entre sus usos y beneficios, el extracto de aloe vera ayuda a mantener una hidratación óptima de la piel.
Carotenoides. Protegen la piel frente al daño solar y los radicales libres. Son pigmentos orgánicos que se encuentran de manera natural en organismos vegetales. Los humanos no pueden sintetizar los carotenoides por sí mismos, de ahí que se deban obtener a través de la alimentación general o complementos alimenticios.
Ceramidas. Son de la familia de los lípidos y forman parte de la estructura de la piel. Ayudan a mantenerla firme e hidratada. Con la edad, disminuye la producción de ceramidas. Las fitoceramidas, de estructura parecida a las ceramidas, son de origen vegetal y se extraen del maíz, arroz y trigo. En los 90 se empezaron a usar las fitoceramidas en productos cosméticos y actualmente se pueden encontrar como complemento alimenticio.
Coenzima Q10. Esta sustancia está presente en la mayoría de células animales y vegetales. Actúa como antioxidante frente a los efectos perjudiciales de los radicales libres, implicados en el proceso de envejecimiento
Flavonoides. Son compuestos vegetales presentes en abundancia en legumbres y frutas como las manzanas y las uvas, cacao, etc. Entre sus efectos beneficiosos se encuentra su actividad antioxidante
Superóxido dismustasa. Es una enzima que actúa como defensa antioxidante protegiendo a las células del daño causado por los radicales libres.
Vitamina C. Ayuda al cuerpo a generar colágeno, una importante proteína para la piel. Entre otras cosas, ayuda a cicatrizar heridas y actúa como antioxidante bloqueando alguno de los daños causados por radicales libres.
Vitamina E. Debido a sus propiedades antioxidantes, la vitamina E es considerada uno de los principales compuestos que protegen el cuerpo contra el estrés oxidativo.
La ingesta oral de nutrientes bioactivos puede aumentar su biodisponibilidad ya que está exenta de la oxidación externa existente en la vía tópica. Si la investigación científica y la innovación en industria van de la mano, nuevos principios activos pueden ver la luz respaldados por el rigor científico ofreciendo seguridad, calidad y eficacia para el consumidor.