Este fue el tema central que se trató durante la jornada científica “Now, New, Next” organizada el pasado mes de octubre por el Council for Responsible Nutrition (CRN), una de las principales asociaciones que representa a los fabricantes de complementos alimenticios, ingredientes y alimentos funcionales.
Durante este encuentro, expertos en investigación sobre nutrición expusieron sus perspectivas y las necesidades tan cambiantes en la salud de la mujer según cada etapa de su vida. Esta realidad no solo hace que los productos orientados a la salud de la mujer deban tener en cuenta estas diferencias, sino que las recomendaciones de salud públicas deben considerar a las mujeres como un grupo heterogéneo.
Entre otras, las principales consideraciones en la salud de la mujer son las siguientes:
Capacidad de absorción de nutrientes según la edad
La edad viene acompañada de unos cambios digestivos en los cuales se produce una disminución gradual de la cantidad y calidad de las secreciones digestivas, lo que entorpece el proceso digestivo. Este hecho se acompaña de una atrofia en la mucosa intestinal, contribuyendo a una peor absorción y, por tanto, a un menor aprovechamiento de ciertos nutrientes, especialmente proteínas, vitaminas y minerales.
Por otro lado, también debemos tener en cuenta que determinadas enfermedades y medicamentos pueden interferir en la absorción de los micronutrientes.
Ciclo menstrual y edad reproductiva
Además de ingestas inadecuadas de vitaminas C, D, calcio y magnesio, la deficiencia de hierro es de la más frecuente entre las mujeres, especialmente las que se encuentran en edad fértil. Según la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH), el 20% de las mujeres en edad fértil, el 40% de las mujeres embarazadas y el 15% de los adolescentes tienen anemia ferropénica en España. Es la forma de anemia más común y ocurre cuando el cuerpo no tiene suficiente cantidad de hierro. La deficiencia de hierro es especialmente común durante el embarazo y a menudo se recomiendan complementos alimenticios de hierro, puesto que su carencia amentar el riesgo de parto prematuro, provocar bajo peso de los recién nacidos e incluso trastornos del desarrollo neurológico en los bebés.
Asimismo, mientras que muchos nutrientes son vitales en la etapa prenatal, cada vez son más escasos en las dietas de las mujeres debido a los crecientes hábitos alimentarios con restricciones. Es el caso del consumo de alimentos ricos en ácido fólico, en colina o en yodo
Otra preocupación poco examinada las mujeres y que requiere de mayor observación es la interferencia de los anticonceptivos orales en ciertos nutrientes como la vitamina B6, cuyo déficit se relaciona con irritabilidad, debilidad, mareos o depresión.
Deporte en mujeres
El número de personas que realizan alguna práctica deportiva en nuestro país, ya sea de manera esporádica o habitual, ha aumentado un 6,1% en los últimos cinco años y con ello el interés por la nutrición deportiva. En este sentido, el ciclo menstrual afecta a los biomarcadores, al gasto de energía y al nivel de ciertas proteínas, y por ello la nutrición deportiva es un tema de especial atención en las mujeres. Según los investigadores, esto supone una gran oportunidad para descubrir cómo pueden influir estos cambios fisiológicos en la nutrición y en el deporte, especialmente con niveles intensos de ejercicio.