Para minimizar al máximo el impacto que este nuevo Reglamento pueda tener en las empresas que trabajan con este aditivo, se ha establecido un periodo transitorio de 6 meses. La decisión de establecer finalmente un periodo transitorio ha sido fruto del trabajo continuo de las autoridades de los Estados Miembros, como la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) en el caso de España, y que ha contado con la implicación de Afepadi para conseguirlo.
De este modo, tal y como afirma la AESAN y la confederación de la industria alimentaria europea FoodDrinkEurope, “durante los 6 meses de periodo transitorio sí se pueden producir productos con E171 y comercializarlos”. No obstante, una vez pasado el periodo transitorio “ya no se podrá comercializar ningún producto con E171 y los productos que estén en el mercado podrán permanecer hasta el final de su vida útil”, siempre que hayan sido comercializados antes de la entrada en vigor del nuevo Reglamento.
Además de en complementos alimenticios, esta sustancia de utiliza como colorante en productos como chicles, pasteles, sopas y caldos. Aunque la prohibición a partir de 2022 aplique a los alimentos -entre los que se encuentran los complementos alimenticios-, en un plazo de tres años la Comisión Europea también reevaluará la situación de los medicamentos que utilicen este aditivo como colorante. De este modo, la prohibición también podría extenderse al ámbito sanitario.
Pasos previos a la prohibición del E171
A pesar de que de este aditivo alimentario se emplea desde 2009 en los productos alimenticios que se comercializan en Europa, lleva años en el punto de mira y ha suscitado dudas entre los expertos.
En 2016, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) realizó un análisis y concluyó que la ingesta de dióxido de titanio era segura. Sin embargo, este aditivo ha sido reevaluado con nuevos análisis y en una segunda evaluación se utilizaron nuevos datos y pruebas científicas sobre nanopartículas que no existían en la primera. Así, la EFSA concluyó en mayo de este año que el dióxido de titanio “ya no puede considerarse seguro como aditivo alimentario porque 'no se puede descartar la genotoxicidad' tras el consumo de sus partículas". Aunque la absorción de dióxido de titanio es baja tras su ingesta, “puede acumularse en el cuerpo", matiza el organismo.
La prohibición en Europa de este aditivo alimentario llega dos años después de que Francia ya suspendiera su uso, a partir del 1 de enero de 2020. Ya en 2019, el país galo aseguró que la seguridad de este producto no estaba probada y que este era un motivo suficiente para prohibirlo.
El reemplazo del dióxido de titanio es todo un desafío para las empresas puesto que se trata de una sustancia con grandes propiedades a nivel tecnológico. Siendo conscientes de que la prohibición del E171 en toda Europa tan solo era cuestión de tiempo, Afepadi se adelantó a los acontecimientos y durante estos meses, incluso antes de confirmarse su prohibición y establecer el periodo transitorio, ya ha ido recomendando a las empresas asociadas que busquen opciones alternativas.
