Según datos de la propia asociación internacional, el mercado de los complementos alimenticios ha crecido exponencialmente en las últimas dos décadas, pasando de una facturación de 49,1 millones de euros en 1999 a 127,8 millones en 2017. Este crecimiento progresivo y sostenido, además, se espera que continúe durante los próximos años.
Ante esta realidad, IADSA ha impulsado la creación de un Código de Principios Éticos para ayudar a todos los actores implicados en el sector de los complementos alimenticios (desde los fabricantes, proveedores y vendedores hasta los órganos de gobierno de cada país y los propios consumidores) a promover unas prácticas éticas que garanticen la seguridad de los productos y la salud de los consumidores.
Los principios generales son:
1) El comercio internacional de los complementos alimenticios debe realizarse de acuerdo con el principio de que todos los consumidores tienen derecho a consumir productos seguros y beneficiosos y a la protección contra prácticas comerciales desleales.
2) Ningún complemento alimenticio comercializado debe:
- contener sustancias en cantidades suficientes para volverse nocivo para la salud;
- estar adulterado;
- haber sido fabricado bajo unas malas condiciones de higiene y/o fabricación;
- estar etiquetado o presentado de manera que pueda ser falso o pueda inducir a engaño;
- ser preparado, empaquetado, almacenado, transportado o se venda en condiciones insalubres o que puedan alterar negativamente el contenido y sus propiedades;
- estar etiquetado o presentarse de tal manera que prevenga, cure o trate cualquier enfermedad;
- estar etiquetado o presentarse de tal manera que desaliente al consumidor de lograr una dieta equilibrada o bien afirme que el producto es un sustituto o un reemplazo de una dieta saludable.
3) Las empresas del sector deben desarrollar procedimientos que permitan asegurar el cumplimiento de las leyes y los reglamentos pertinentes.
4) Las relaciones comerciales deben realizarse de manera transparente y deben respetar las leyes y las normativas vigentes, evitar conflictos de interés y prácticas anticompetitivas y adoptar prácticas anticorrupción.
5) Las relaciones con el gobierno y otros actores implicados deben ser respetuosas y colaborativas y deben contribuir a mantener y generar confianza. En caso de divergencia, el sector debe abordar las cuestiones a través de un diálogo equilibrado.
6) Todos los operadores del sector deben integrar, en la mayor medida posible, prácticas de sostenibilidad en sus operaciones.
Puedes descargarte el Código de Principios Éticos de IADSA haciendo clic aquí.
