Con la finalidad de poner de manifiesto los beneficios de los complementos alimenticios y su eficacia sobre la salud de las personas y su bienestar, IADSA ha lanzado dos nuevas publicaciones, en formato digital e impreso, a partir de casos reales implementados por las autoridades nacionales de determinados países.
Complementos alimenticios con ácido fólico
La comunidad científica coincide en que las futuras madres deben consumir entre 400-600 mgc de ácido fólico al día antes de la concepción y durante el embarazo. Se recomienda obtenerlo a través de una alimentación variada y equilibrada y también a través de alimentos enriquecidos y/o complementos alimenticios. Al hacerlo, pueden reducir significativamente el riesgo de dar a luz a un bebé con defectos en el tubo neural (DTN) que afectan a la médula espinal, columna vertebral o al cerebro.
Como se apunta en el documento de IADSA, durante los últimos años, muchos países han implementado programas para enriquecer alimentos cotidianos con ácido fólico como, por ejemplo, el pan, maíz o arroz con unos resultados positivos en cuanto a disminución de la incidencia de DTN.
Estados Unidos es uno de los países donde se ha demostrado que es posible reducir considerablemente este problema de salud a través de políticas de prevención que tienen en cuenta los complementos alimenticios. Además de implementar un amplio programa de fortificación de alimentos con ácido fólico (pan, pasta, arroz, harina, etc.), los Centros para el Control y Protección de Enfermedades, organismos dependientes del Gobierno de Estados Unidos, recomiendan que todas las mujeres en edad reproductiva obtengan 400 mgc de ácido fólico al día de suplementos alimenticios.Como resultado, Estados Unidos tiene ahora una de las tasas de natalidad con DTN más bajas del mundo. Sólo 5 por cada 10.000 nacimientos.
La evidencia científica muestra, sin lugar a dudas, que el consumo de ácido fólico en cantidades adecuadas ayuda a reducir el riesgo de DTN. De hecho, existe un consenso cada vez mayor de que los complementos alimenticios tienen un papel clave a la hora de garantizar que las mujeres en edad fértil logren una ingesta diaria lo suficientemente elevada de ácido fólico. La Organización Mundial de la Salud (OMS), por ejemplo, reconoce los beneficios de tomar, a diario, un complemento alimenticio a base de ácido fólico para evitar defectos del tubo neural en recién nacidos.
Los complementos alimenticios con Omega 3 en los primeros 1.000 días de vida
Para el desarrollo cognitivo posterior del bebé, los primeros 1.000 días, desde su concepción, son cruciales. Los expertos se refieren a este periodo como la “ventana de oportunidad” del cerebro. Un nutriente de suma importancia para el desarrollo del cerebro es el DHA (ácido docosahexaenoico), un ácido graso Omega 3 predominante en los tejidos neurales que, de hecho, se encuentra en cada célula del cuerpo humano.
Desde la concepción hasta la lactancia, la calidad de la dieta de un bebé depende la su madre y, por tanto, también dependerá su ingesta de DHA. Por ello, muchas autoridades sanitarias a nivel mundial y expertos han reconocido que el consumo de DHA es particularmente importante en mujeres embarazadas y lactantes. Además de ser esencial para el desarrollo normal de un bebé, el DHA se asocia también con un riesgo significativamente menor de parto prematuro.
En el área de nutrición materna, diferentes estudios han demostrado que las mujeres embarazadas que toman un complemento alimenticio de DHA tienen 10 veces más probabilidades de alcanzar la ingesta recomendada. También se ha demostrado que la administración de complementos alimenticios a base de este ácido graso durante el embarazo puede ayudar a aumentar la duración de la gestación en las mujeres, especialmente en aquellas con bajos niveles de Omega 3 en su dieta.
Con todas estas evidencias, desde Afepadi opinamos que es importante que se sigan llevando a cabo programas de salud públicos que incorporen los complementos alimenticios y pongan en valor su papel a la hora de favorecer una buena salud, ayudando a prevenir determinadas enfermedades y contribuyendo a reducir el considerable gasto de los sistemas sanitarios mundiales.