El Reglamento (CE) nº 1924/2006 del Parlamento Europeo y del Consejo relativo a las declaraciones nutricionales y de propiedades saludables (NHCR) en los alimentos ha establecido reglas armonizadas sobre su utilización para garantizar un alto nivel de protección de los consumidores. El objetivo de esta norma siempre ha sido lograr que las alegaciones que figuren en el etiquetado de los alimentos comercializados en la UE sean claras, precisas y fundamentadas con la finalidad de que los consumidores puedan tomar adecuadamente decisiones disponiendo de una información efectiva.

Aunque es cierto que el Reglamento ha ejercido un control sobre la forma en que los fabricantes presentan estas declaraciones, un estudio recientemente publicado en la revista “Nutrients” concluye que la interpretación que realizan los consumidores de estas alegaciones no es del todo correcta, tienen problemas para diferenciar entre una alegación nutricional y otra de propiedades saludables e incluso no hay una evidencia clara de que el consumidor promedio pueda realmente entenderlas.

El estudio, en detalle

El estudio, en el que han participado 100 individuos, ha sido una colaboración entre investigadores de Eslovenia y Alemania, El Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA), la Universidad des Saarlandes, en Holanda, y las universidades de Oxford y Surrey. Utilizando la metodología del Procedimiento de Clasificación Múltiple (MSP), este estudio ha tenido como finalidad ayudar a desarrollar un marco de declaraciones de propiedades nutricionales y saludables teniendo en cuenta el punto de vista de los consumidores y la forma en que dan sentido a esta información. A partir de los resultados, también analiza cómo estas declaraciones pueden optimizarse para favorecer una comprensión adecuada y utilizarse de manera adecuada.

A partir de la forma en que los participantes de los cinco países categorizaron y entendieron las diversas declaraciones de propiedades nutricionales y saludables presentadas en el estudio, se propuso una tipología basada en tres dimensiones clave:

- Familiaridad con el nutriente, sustancia o alimento indicado en la alegación.
- Tipo de declaración en términos de su simplicidad / complejidad.
- Relevancia de la reclamación, ya sea a nivel personal o de grupo.

Familiaridad con el nutriente, sustancia o alimento indicado en la alegación

La comprensión o incomprensión de las declaraciones de propiedades nutricionales y saludables, si bien se ven afectadas por una serie de factores, parecen verse afectadas principalmente por la familiaridad del consumidor con el nutriente o ingrediente de la alegación. El estudio evidencia que una declaración que explica un beneficio o función pasa a un segundo plano y se considera poco importante, si el consumidor ya está familiarizado con ese nutriente o ingrediente al que, por asociación, ya le tiene otorgado un beneficio. Por ejemplo, en el caso de las declaraciones sobre el calcio y sus beneficios sobre los huesos, los consumidores consideraban de poco valor la información contenida en dichas declaraciones por ser algo que ya conocían.

Tipo de declaración en términos de su simplicidad / complejidad

En línea con otras investigaciones anteriores, los resultados también demostraron que los consumidores perciben las declaraciones cortas y simples de manera más favorable que las más largas y detalladas independientemente de que desconozcan el ingrediente o nutriente al que se hace referencia. Además, existen problemas de comprensión cuando se utiliza un lenguaje excesivamente científico o reglamentario.

Relevancia de la reclamación, ya sea a nivel personal o de grupo

El estudio demuestra que, si una declaración de propiedades nutricionales o saludables se percibe como relevante, el consumidor la acaba comprendiendo mucho mejor. Además, cuanto más relevante se considere, mejor es la percepción que se tiene sobre el producto y más posibilidades hay de que se acabe comprando.

Otros datos interesantes

La investigación también ha revelado datos interesantes sobre la importancia que tienen las declaraciones de propiedades saludables a la hora de adquirir un producto alimenticio. Un 51% de los entrevistados afirmó tenerlas en cuenta “muy a menudo” cuando compran un determinado alimento. Un 58% afirmó que “a veces” las tenía presente y sólo un 1% declaró que “nunca” las utilizaba como argumento de compra.
Las pruebas realizadas revelaron, a su vez, diferencias significativas entre los países en cuanto al grado de motivación o voluntad para leer, procesar y entender las declaraciones de propiedades saludables. España reportó el mayor grado de motivación seguida por Reino Unido, Alemania, Eslovenia y, finalmente, Países Bajos.

El estudio abre las puertas a que los legisladores tengan muy en cuenta el universo del consumidor a la hora de redactar tanto declaraciones de propiedades nutricionales como saludables. Desde Afepadi opinamos que la información al consumidor es, y continuará siendo, una de las herramientas más importantes para su protección. No hace falta insistir en lo necesaria que es la información relativa a los alimentos que adquirimos y consumimos a diario, incluidos los complementos alimenticios. En este sentido, el legislador comunitario está en la obligación de marcar las líneas para garantizar una información clara y precisa que no ofrezca dudas y que asegure unas elecciones de compra adecuadas.