El estudio “The nutritional quality of foods carrying health-related claims in Germany, The Netherlands, Spain, Slovenia and the United Kingdom”, realizado por la Universidad de Oxford, ha comparado la calidad nutricional de los alimentos pre-envasados que contienen health claims con aquellos alimentos que no presentan health claims en el envase.
Los investigadores realizaron un estudio de alimentos envasados disponibles en Alemania, Países Bajos, España, Eslovenia y el Reino Unido en 2013. Se escogió una muestra al azar de 2.034 productos procedentes de supermercados, tiendas de barrio y minoristas. La información nutricional se obtuvo de las etiquetas de los alimentos y fue evaluada a través de una comparación de los niveles medios, análisis regresivos y la aplicación de un modelo de evaluación de perfil nutricional utilizado actualmente en Australia y Nueva Zelanda para regular las declaraciones de propiedades saludables.
Es interesante destacar que los alimentos que llevaban declaraciones de propiedades saludables tenían, de media y por 100 g, niveles bajos de los siguientes nutrientes: energía (29,3 kcal), proteínas (1,2g), azúcares (3,1g), grasas saturadas (2,4 g), sodio (842 mg), pero presentaban niveles más altos de fibra (0,8 g). Se observó un patrón similar para los alimentos que llevaban declaraciones nutricionales.
El 43% de los alimentos analizados pasó el modelo de perfil nutricional aplicado en Australia y Nueva Zelanda; los alimentos con declaraciones de propiedades saludables tenían más probabilidad de pasar esa evaluación (70%) que los alimentos con declaraciones nutricionales (61%) o los alimentos sin ningún tipo de claim.
Los resultados del estudio muestran el valor de las declaraciones nutricionales y de propiedades saludables para comunicar los beneficios de mantener una dieta saludable. Mediante el uso de declaraciones de propiedades saludables, los consumidores pueden tener más información para tomar decisiones orientadas a una alimentación sana.
En diciembre de 2006, la Unión Europea publicó el Reglamento 1924/2006, relativo a las declaraciones nutricionales y de propiedades saludables en los alimentos, que establecía normas armonizadas en toda la UE para el uso de declaraciones de propiedades saludables o nutricionales sobre los perfiles nutricionales de los alimentos. Uno de los objetivos clave de este Reglamento fue garantizar que cualquier declaración contenida en la etiqueta de un alimento estuviera justificada con pruebas científicas. De las más de 44.000 declaraciones de propiedades saludables presentadas por los estados miembro, sólo 255 fueron autorizadas tras la evaluación de la Comisión Europea. De momento, los health claims para complementos alimenticios son los mismos que para el resto de alimentos de consumo corriente y se la considera información voluntaria hacia el consumidor.
Actualmente, en España por imperativo legal se debe poner en el mercado un producto sin indicación obligatoria de uso y esto es contrario a toda la normativa en materia de protección al consumidor. Sería más adecuado informar de manera obligatoria al consumidor de cuál es esa función nutricional o fisiológica en el etiquetado del producto que va a consumir, como sí ocurre en Italia.
