Tras las novedades en el Reglamento 1169/2011 de la UE, sobre información alimentaria facilitada al consumidor, y de obligado cumplimiento desde el 13 de diciembre de 2014, los fabricantes cuentan con más mecanismos para garantizar el derecho del consumidor a ser informado.
Pero es la publicidad lo que trae más quebraderos de cabeza en lo que se refiere a información alimentaria facilitada al consumidor. En este caso, es el Reglamento 1924/2006 el que aborda las declaraciones nutricionales y de propiedades saludables que, de modo voluntario, pueden utilizarse en la comunicación comercial de todos los alimentos, así como sus condiciones de utilización.
Este contexto normativo demanda a las empresas formación continua para gestionar con éxito la correcta aplicación de la extensa legislación vigente.