A la hora de buscar soluciones que contribuyan a mantener la salud, la población ha optado por adquirir complementos alimenticios orientados a esta finalidad, y cuyo crecimiento se ha duplicado a raíz de la pandemia: mientras que el crecimiento de este tipo de productos pasaba por una etapa de crecimiento sostenido (sobre un 6% anual), en 2020 se ha duplicado su crecimiento (12%) y según datos de Nutrition Business Journal, esta tendencia al alza supondrá un aumento de 120.000 millones de dólares.
Los complementos alimenticios más demandados a raíz de la pandemia son:
- Productos destinados a tratar problemas psicológicos como la depresión, el estrés postraumático o la angustia. Así, los complementos con magnesio, vitaminas del grupo B, melatonina, las valerianas los adaptógenos como la ashwagandha y la rhodiola son lo que han experimentado mayor demanda. El informe Coherent Market Insights estima un crecimiento de este tipo de productos hasta llegar a los 13.500 millones de dólares para el año 2027.
- Productos destinados a promover nuestras defensas, como las vitaminas y los minerales (zinc, selenio, vitaminas C, B, D), con un objetivo orientado a la prevención y no al tratamiento. Más del 50% de los consumidores han aumentado sus niveles de consumo, y los extractos de hierbas (equinácea, baya del saúco, astrágalo,…) son los que han experimentado un crecimiento más rápido. De hecho, se espera que su tasa de crecimiento anual sea de más del 12% entre 2020 y 2025, en parte debido al crecimiento de la población vegana y flexitariana que demanda este tipo de ingredientes.
- Productos que ayuden a la salud de la piel (nutricosmética): complementos que favorezcan la salud cutánea como la vitamina C, el colágeno, el omega 3 o el ácido hialurónico.