Han sido días movidos en cuestión de etiquetado de productos. En apenas 72 horas de diferencia se daban a conocer dos alternativas posibles de etiquetado para medir la calidad nutricional de un producto. La primera, conocida como Etiquetado Nutricional Evolucionado, tenía carácter privado, promovido por grandes empresas del sector de la alimentación, mientras que la segunda, NutriScore, la hacía pública la Ministra de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, María Luísa Carcedo, en el acto de los XI Premios Estrategia NAOS y de la XII Convención NAOS.
Sobre NutriScore, el Gobierno quiere que la industria lo empiece a aplicar en 2019 después de la experiencia positiva en Francia, que lleva instaurado hace seis meses, y de su próximo aterrizaje en Bélgica y Portugal. Además, como se apunta desde la Administración central, es un sistema avalado por las sociedades científicas, las asociaciones de consumidores y la Organización Mundial de la Salud (OMS).
¿Cómo funciona NutriScore?
NutriScore consiste en un gráfico con coloración gradual del verde al rojo, en cinco niveles, que, en cierta medida, guarda una gran similitud con la etiqueta de eficiencia energética de un electrodoméstico. En este caso, la letra A se corresponde con el verde oscuro, la B con el verde claro, la C con el amarillo, la D con el naranja y la E con el rojo. Un alimento obtendrá la letra A si tiene la calidad nutricional más elevada y el rojo, si tiene la más baja.
Los productos se evalúan en base a evidencia científica y se sitúan en un color u otro en función de un algoritmo que, por un lado, valora del 0 al 10 las cantidades de los elementos considerados negativos en un alimento (aporte de energía, azúcares, grasas saturadas y sodio) y, por otro, los positivos (porcentaje de fruta y verduras, gramos de fibras y gramos de proteínas). El número que se obtiene de restar la puntuación total de los segundos a los primeros da lugar a la calificación final que se situará más cerca del rojo o en el rojo cuanto más alta sea. Los datos se mostrarán por cantidades de 100 grs. con la finalidad de que el consumidor pueda escoger entre productos similares.
El Reglamento (UE) 1169/2011 referente a la información alimentaria facilitada al consumidor estipula en su artículo 35 que, además de las formas de expresión de la información nutricional obligatoria, el valor energético y las cantidades de nutrientes podrán facilitarse por medio de otras formas de expresión y presentación. NutriScore, por tanto, pretende convertirse en la forma de presentación complementaria recomendada por la Administración española y, de acuerdo con el Reglamento, será un etiquetado voluntario.
¿Se verá afectada la industria de los complementos alimenticios?
Es evidente que la pregunta que se plantea es qué ocurrirá con los complementos alimenticios, productos dietéticos y alimentos para deportistas. ¿Deberían utilizar también NutriScore?
Desde Afepadi consideramos que el nuevo semáforo nutricional no debería afectar a nuestra industria. No tiene ningún sentido que los complementos alimenticios, alimentos para control de peso y alimentos para deportistas deban seguir este etiquetado nutricional voluntario ya que, en el caso de los productos dietéticos, las formulaciones que se utilizan son muy específicas y alejadas de un producto alimenticio normal. Lo mismo ocurre con los alimentos para deportistas que también están diseñados para cubrir unas necesidades nutricionales muy concretas con productos que contienen cantidades más elevadas en determinados macronutrientes, vitaminas y/o minerales, entre otros.
De todas formas, habrá que esperar. La propia Ministra anunció que, para instaurar este modelo, se constituirá un grupo de expertos con el fin de adaptar NutriScore a la realidad española. Por tanto, se tendrá que ver qué productos finalmente entran dentro de este etiquetado y cuáles no. Pero, además, está previsto que, a comienzos de 2019, la Comisión Europea presenté al Parlamento Europeo y al Consejo el informe final sobre la utilización de formas adicionales de expresión y presentación, sus efectos en el mercado interior y la conveniencia de una mayor armonización de dichas formas de expresión y presentación. Se espera que este informe determine qué sistema de información nutricional es el que se recomienda para los Estados miembro.
En un momento en el que se presentan, evalúan y discuten sistemas de etiquetado nutricional voluntario, en Afepadi también creemos que no existen alimentos buenos ni malos sino que todo va en función de la proporción dentro de una dieta. Opinamos que la información obligatoria hacia al consumidor ya está suficientemente bien regulada en el Reglamento 1169/2011 y ha demostrado ser suficiente para que se puedan tomar decisiones adecuadas y bien informadas sobre la alimentación.
