La Comisión Europea ha lanzado una consulta a stakeholders para hacer balance de su programa “Legislar mejor” (“Better regulation”) que pretende evaluar las políticas y la legislación de la UE de forma transparente, basándose en pruebas, y con el respaldo de los ciudadanos y las partes interesadas. Los resultados se harán públicos en un informe que verá la luz durante la primavera de 2019.
Con motivo de esta consulta, Specialized Nutrition Europe (SNE), entidad de la que forma parte Afepadi, ha hecho público su posicionamiento y ha manifestado su preocupación ante el hecho de que la Comisión pueda dar un paso atrás en materia de nutrición especializada cuando es la UE la que, precisamente, tiene un papel clave que desempeñar en este sentido. SNE insta a las autoridades europeas a trabajar a conciencia en este terreno.
Como se indica en el comunicado de la entidad, la falta de normativas específicas en el ámbito de la nutrición especializada deriva en una consecuente confusión del consumidor, frena la innovación y fragmenta el mercado. Desde la presidencia de este organismo se apunta que el 90% de los europeos necesitará recurrir a este tipo de nutrición en algún momento de sus vidas y que, por tanto, elaborar normas específicas en el marco de la UE es fundamental para impulsar la protección de las personas y la innovación de la industria al garantizar unos estándares mínimos y armonizados en todo el mercado único europeo.
Situación normativa insuficiente
A lo largo de los años, las modificaciones normativas producidas en el marco de la UE sobre nutrición especializada no han derivado en una mejor regulación sino más bien todo lo contrario; han puesto en juego las normas armonizadas que gobernaron adecuadamente el sector durante décadas. El Reglamento FSG sobre alimentos destinados a grupos específicos de población protege determinadas categorías (personas con afecciones médicas, bebes e individuos que realizan dietas de bajo consumo energético para perder peso) mediante la regulación de la composición y el etiquetado para este tipo de productos, pero, sin embargo, mantiene incertidumbres legales para dietéticos y alimentos para deportistas sobre los que rigen la normativa general de productos alimenticios.
Riesgos evidentes
Para SNE, el hecho de que los productos nutricionales especializados se ajusten, en estos momentos, a las mismas normas generales de etiquetado y comercialización que los productos alimenticios generales, está provocando que los consumidores no puedan reconocer productos especialmente formulados para sus necesidades nutricionales ni que puedan diferenciarse de otros productos alimenticios. Para la entidad, esta realidad puede acabar desincentivando la I+D ya que la industria puede perder la capacidad de proporcionar información sobre el impacto positivo para la salud y la nutrición de las innovaciones que cuentan con respaldo científico sólido.
Al mismo tiempo, SNE alerta que si la UE no actúa para armonizar las normas, los Estados miembros pueden llenar este vacío legal mediante la adopción de normas nacionales, lo que derivará en un mercado interno fragmentado. De hecho, algunos países ya están contemplando la posibilidad de elaborar regulaciones nacionales para ciertas categorías de nutrición especializada que ya no están recogidas por disposiciones específicas a nivel de la UE.
No reconocer la importancia de los productos nutricionales especializados para enfrentar los desafíos sociales como el aumento de las tasas de obesidad, desnutrición o alergias a los alimentos podría tener consecuencias negativas para la salud pública en toda Europa. Como se destacó en el estudio prospectivo de la Comisión Europea sobre "Cumplir con la seguridad alimentaria y nutricional de la UE en 2050", los responsables políticos de toda Europa deben situar la nutrición y la salud en lugares prioritarios en la agenda política de la UE.
Desde Afepadi consideramos que la Unión Europea debe asumir la responsabilidad y proporcionar un marco normativo que reconozca el papel de todos los productos nutricionales especializados y permita a los ciudadanos europeos acceder, identificar y utilizar de manera segura los alimentos especialmente formulados para sus necesidades específicas.
