Lunes, 18 Septiembre 2017 11:12

Alimentos para dietas de control de peso. Debería imponerse el sentido común

La Comisión Europea, sin la oposición del Parlamento, ha aprobado el Reglamento que regula los alimentos sustitutivos totales de la dieta para el control de peso, sacando adelante una normativa que presenta carencias y defectos y que, indirectamente, afecta a la seguridad de todos los consumidores.

A pesar de los intentos del Parlamento Europeo para que no prosperara, la nueva reglamentación es ya una realidad.  A partir de ahora, las nuevas disposiciones obligan a la industria especializada a elaborar productos a partir de una composición que va en contra de la razón de ser de este tipo de productos, conllevando una peor palatabilidad -lo que los hace menos apetecibles para consumidor y, en consecuencia, favoreciendo la no adherencia al tratamiento- aumentando los niveles mínimos de proteínas, ácidos grasos esenciales y colina, lo que confiere un sabor ligeramente amargo a los productos, y una textura grasienta. La nueva composición reduce la vida útil de los productos derivando, a su vez, en un aumento del coste de fabricación y, por tanto, del precio final de venta al público.

Tres décadas de normativa

Durante más de 30 años, las personas con sobrepeso y obesidad en Europa han gozado de un alto nivel de protección con normas europeas específicas para regular productos elaborados específicamente para ayudarles a perder peso o mantener su pérdida de forma segura y sostenible. Los consumidores y profesionales de la salud en Europa se han basado en estas normas para garantizar la disponibilidad de productos seguros, de la más alta calidad y en línea con las normas internacionales. ¿Que escenario se presenta ahora y qué consecuencias se pueden derivar?

Afepadi opina

Desde Afepadi opinamos que las nuevas normas propuestas dificultan la continuidad del sector de slimming foods en Europa y amenaza seriamente la protección de los consumidores. Factores como el mal sabor, una textura deficiente, un encarecimiento del producto y una composición final que impide el fin último de estos productos – la perdida de peso o su mantenimiento- puede llevar a este colectivo a decantarse por otras alternativas potencialmente inadecuadas o inseguras o hacia opciones de métodos y alimentos pretendidamente "dietéticos" ni regulados ni controlados.

Desde la Asociación también refrendamos la opinión del SNE (Specialised Nutrition Europe), organismo del que formamos parte, al considerar que, en un contexto de crecimiento de la obesidad en Europa, no tiene sentido alguno una normativa de este tipo porque va en contra de la lucha y la prevención segura de esta enfermedad que afecta a más del 60% de la población adulta en España.

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