Cuando se les pidió a las empresas encuestadas que enumeraran los tres mayores retos a los que se enfrentaban sus compañías, el 43% hizo referencia a la estricta regulación comunitaria, mientras que el 35% mostraba su preocupación por el encarecimiento de las materias primas y tan solo un 27% citaba la situación de la economía global.
Seis de cada diez (60%) consideraron que las health claims son el principal ámbito de regulación de la UE que más afecta a sus empresas, por encima de las normativas comerciales (14%) y la legislación sobre etiquetado (13%). Nueve de cada diez empresas encuestadas (87%) pusieron de manifiesto la importancia que tiene que un ingrediente o producto nutricional esté asociado a una health claim aprobada por la EFSA.
Respecto a la actual reglamentación existente, una cuarta parte (24%) de los encuestados consideró que, en estos momentos, el entorno regulador de la UE en esta materia era poco eficaz para su empresas frente al 37% que lo calificó como útil.
Otras encuestas también lo confirman
Hace unos meses, un estudio publicado en International Journal of Food Sciences and Nutrition ya apuntaba que el Reglamento de health claims (CE 1924/2006) podía acabar ralentizando la innovación y el desarrollo del sector alimentario en la UE.
En la encuesta que, por entonces, se realizó a un total de 105 empresas de 15 estados miembros, se ponía de manifiesto que las compañías se encontraban con serias limitaciones en el momento de redactar un claim. A todo ello, se tenía que sumar los escasos recursos económicos que se dedicaban a I+D y la falta de transparencia por parte de la Comisión Europea y la EFSA.
La principal conclusión de este informe era que los esfuerzos realizados y la elevada inversión por sacar adelante la solicitud de un health claim no eran garantías suficientes para que pudiera prosperar.
Desde Afepadi consideramos que el hecho de contar con un Reglamento comunitario que necesita revisión y desarrollo y existir unos criterios de evaluación de claims demasiado estrictos por parte de la EFSA, no sólo entorpecen la evolución de la industria sino también va en contra del derecho del consumidor a estar debidamente informado.