El Decreto belga sobre plantas de 24 de enero de 2017 modifica el anexo del Decreto de plantas del 29 de agosto de 1997, que fue modificado, por última vez, por el Decreto de 19 de marzo de 2012. El considerable aumento de plantas autorizadas (de 645 a más de 1000) conlleva que, a partir de ahora, serán aplicables un número considerable de nuevas condiciones de uso. Deberán tenerse en cuenta nuevos niveles máximos y advertencias obligatorias para unas 250 plantas al notificar los complementos alimenticios.
Como medida transitoria, los complementos alimenticios que no cumplan las disposiciones del nuevo decreto, pero que se ajusten a las disposiciones del antiguo decreto, pueden ser comercializados hasta el 20 de febrero de 2019.
El Decreto belga contiene un anexo con tres listas referentes a:
- plantas que no están permitidas para su uso en o como productos alimenticios. Esto significa que cualquier parte, preparación o fruto de esas plantas no debe consumirse como tal y no debe utilizarse para la preparación de productos alimenticios.
- hongos comestibles.
- plantas que se permiten en complementos alimenticios. Para algunas de estas plantas, se fijan cantidades máximas por porción diaria, para las que se ha elaborado una lista de métodos de análisis recomendados.
Este decreto ha incorporado la mayoría de plantas propuestas en el listado del proyecto BELFRIT. Este proyecto se inició como una estrecha colaboración entre Bélgica, Francia e Italia para armonizar la legislación de los ingredientes vegetales en los complementos alimenticios, ante la inactividad normativa de las instituciones comunitarias. Estos 3 países consensuaron, bajo criterios científicos, una lista de ingredientes vegetales para su uso en complementos alimenticios, esperando la adhesión de otros estados miembro. El proyecto BELFRIT fue un primer paso para continuar trabajando sobre cuestiones de calidad y etiquetado obligatorio. Pero, con el paso del tiempo, esta iniciativa parece que ha ido perdiendo efervescencia a pesar de contar con las simpatías de una gran parte de la industria y administraciones.
Durante los dos últimos años, algunos estados europeos han estado tomando medidas a nivel nacional en materia de complementos alimenticios pero esta categoría de productos aun sigue esperando una armonización adecuada en territorio europeo que trascienda el actual precario marco jurídico. Por su parte, los ingredientes vegetales, quizás la parte más compleja de los complementos alimenticios, aún están a la espera de una normativa lógica, amplia y que contemple todos los ingredientes y las declaraciones saludables específicas para los mismos.