Uno de los temas que más preocupan a las autoridades políticas a nivel mundial es cómo hacer frente al gasto sanitario que, desde hace años, mantiene un ritmo de crecimiento constante. Si el progresivo aumento de la esperanza de vida que también se está produciendo fuera acompañado de una salud óptima por parte de la población adulta, seguramente el riesgo de que los sistemas sanitarios lleguen a colapsarse sería mucho menor. El problema reside en que determinados grupos de población muestran un déficit de ciertos nutrientes y una parte importante de adultos que superan los 60-65 años llegan a esta edad habiendo sufrido algún episodio de enfermedad no transmisible (problema cardiovascular, óseo o de visión) o con riesgo de padecerlo.
El asesoramiento e información nutricional sigue siendo el principal objetivo de la sanidad pública. Sin embargo, como recoge la entidad europea Food Supplements Europe en el documento “Cómo los complementos alimenticios pueden ayudar a mejorar la salud”, millones de personas tienen déficit de determinados nutrientes clave.
En el informe de FSE se explica que la evidencia científica combinada con estudios sobre el impacto económico ha revelado que combinar una dieta variada y equilibrada con complementos alimenticios no sólo ayuda a prevenir posibles carencias y/o déficits nutricionales, sino también a generar un importante ahorro en la sanidad pública por la posibilidad de reducir el riesgo de enfermedad crónica.
Complementos alimenticios para contrarrestar el déficit de determinados nutrientes
La Organización Mundial de la Salud (OMS) informó, en su momento, que el consumo de ciertos nutrientes empieza a estar por debajo de los VDR (Valores Dietéticos de Referencia), entre ellos el hierro, yodo y la vitamina D. Una revisión de 21 países europeos con datos de población adulta también reveló que ninguno cumplía con más del 40% de las recomendaciones para macro o micronutrientes, situación que pone de manifiesto lo alejadas que están las diferentes poblaciones de los VDRs.
Ante tal situación, desde FSE se explica que una posible solución podría ser poner un mayor énfasis en campañas de salud pública, con más publicidad y más políticas que fomenten una dieta variada, aunque, al mismo tiempo, se plantea si realmente es una solución o si es el momento de un enfoque diferentes que permita acabar con esta brecha nutricional.
Para la entidad europea, una forma rentable de ayudar a las personas a lograr las ingestas de nutrientes recomendadas es a través de una suplementación con complementos alimenticios que permita cubrir todo el especto de micronutrientes y ácidos grasos. La suplementación también puede estar basada en nutrientes concretos que son difíciles de conseguir a través de la alimentación por la escasa variedad de alimentos que los contienen como, por ejemplo, la vitamina D y los ácidos grasos Omega-3 de cadena larga.
Diferentes informes encargados por FSE revelan ahorros significativos en los costes de atención médica/, si se consumieran diariamente complementos alimenticios específicos. En uno de estos informes, se revela que el consumo de complementos alimenticios con Omega disminuiría en un 4,9% el riesgo relativo de sufrir un problema cardiovascular y permitiría un ahorro sanitario de €64.5 billones en 5 años. En otro estudio se explica que ingerir complementos alimenticios a base de vitamina D y calcio ayudaría a disminuir la incidencia de fracturas en un 15% y también los casos de osteoporosis. A nivel de costes sanitarios habría una reducción de €19.8 billones en 5 años.
En definitiva, el informe de FSE concluye explicando que el uso de los complementos alimenticios es una forma rentable de disminuir la brecha que existe entre la ingesta de nutrientes actual y las recomendaciones dietéticas. Además, ayudan a mantener una buena salud y a reducir significativamente los costes de atención. Desde Afepadi consideramos que, tal y como argumenta la entidad europea, lo único que se necesita es la voluntad de los gobernantes para incorporar los complementos alimenticios dentro de las políticas de prevención de determinadas enfermedades no transmisibles.
