Desde Vitafoods Europe también se argumenta que el uso de declaraciones de propiedades saludables –“health claims”- ofrece poco margen a la diferenciación al ser demasiado uniformes con beneficios funcionales únicos. Ante este situación, es inevitable un cambio de paradigma que conlleva a reformular la manera en que ha actuado la industria hasta ahora.
El papel del consumidor
Como se apunta desde la organización de este certamen europeo, centrarse en el consumidor es, hoy en día, la solución más acertada si se tiene en cuenta el protagonismo que está teniendo en los últimos años. Como consecuencia de los grandes avances tecnológicos y de la propia dinámina del mercado, los consumidores se están convirtiendo en parte activa de la cadena de valor en vez de ser sólo el último eslabón pasivo.
La nutrición personalizada es un claro ejemplo de este cambio de tornas. Con una mayor capacidad de influencia, el consumidor “exige” que los productos se ajusten específicamente a sus preferencias personales, estilos de vida y estado físico y no a la inversa. A todo esto, hay que añadir que los consumidores tienen cada vez más conocimientos sobre nutrición debido a un mayor acceso a la información.
Desafíos
Si los papeles se han intercambiado, ¿por qué no sacar beneficios de la nueva situación? Cerca del 50 por ciento de los visitantes a Vitafoods Europe confiesan que, hoy por hoy, el mayor desafío es unir innovación (I+D+i) y marketing. Y un asombroso 78 por ciento de los ejecutivos admite que existen desacuerdos internos sobre qué posición tomar. En las grandes corporaciones el proceso de innovación comienza a ser más un problema que una solución debido a que implica demasiado tiempo, los proyectos se estancan y la tasa de fallos es demasiada alta. Sin embargo, también es cierto que las empresas son plenamente conscientes de que la innovación es un valor estratégico que permite obtener ventajas competitivas además de ser uno de los principales factores de transformación económica, social y de desarrollo.
El papel de consumidor debe ser, por tanto, primordial dándole el protagonismo que ya tiene. Desde hace un tiempo, AINIA Centro Tecnológico, entidad que trabaja para impulsar la competitividad de las empresas a través de la innovación, viene abogando por abrir la innovación a la gente interesada, convirtiendo a las personas, a los consumidores finales, en co-creadores de los productos que consumen.
Incorporar al consumidor en cada una de las etapas del proceso de innovación, desde la presentación de ideas de nuevos productos, el desarrollo de nuevos conceptos de producto, análisis de prototipo, la estrategia de marca, test de mercado, lanzamiento comercial, el seguimiento de la aceptación, etc. es casi una necesidad para garantizar el éxito y aceptación posterior.
Desde Afepadi consideramos que colocar al usuario final dentro del proceso de innovación no sólo permite tener una nueva visión de él sino que además ayuda a descubrir carencias que no están atendidas en ese momento. Nunca hay que olvidar que una necesidad no cubierta puede ser una gran oportunidad de negocio.
