Esta asociación entre dopaje y complementos alimenticios es casi inevitable puesto que los propios atletas la establecen, en su defensa, al verse investigados, culpando a los productos supuestamente contaminados. Para evitar esto, la industria se esfuerza por minimizar el riesgo sometiendo a sus productos a rigurosos tests anti-dopaje en laboratorios especializados y con tests acreditados.
La World Anti-Doping Agency sigue en sus esfuerzos por eliminar cualquier sustancia prohibida pero la realidad es que algunos productos contaminados siguen en circulación. Es así como los fabricantes de productos declarados como contaminados, y que violan la normativa legal, perjudican a la industria al completo.
El asunto de los productos adulterados es un tema delicado que la industria intenta arrancar de raíz llevando a cabo un trabajo coordinado con autoridades alimentarias y agencias del medicamento (nacionales y europeas) además de pruebas y estudios para reducir el riesgo de contaminación involuntaria.